La CEG se reúne con el nuevo embajador José Augusto Duarte para poner sobre la mesa los desafíos estratégicos compartidos entre España y Portugal “que requieren una acción coordinada y decidida”
La Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) ha mantenido una reunión con el nuevo embajador de Portugal en España, José Augusto Duarte. Una cita a la que ha acudido también el cónsul general de Portugal en Vigo, João Carlos Bezerra da Silva, y en la que han participado miembros del consejo asesor, organizaciones integradas y de las comisiones de Infraestructuras e Internacionalización de la CEG.
El presidente de la CEG, Juan Manuel Vieites, ha destacado que el empresariado gallego trabaja estrechamente con socios de Portugal, como la AEP, ACEVAL o la Asociación de Empresarios de Viana do Castelo, para conocer y mejorar la realidad tanto de la movilidad de trabajadores como del desarrollo empresarial transfronterizo. “Nuestro objetivo es superar los obstáculos que aún existen para que las personas puedan trabajar o residir en el país vecino y para que las empresas puedan prestar servicios de manera fluida, ya sea mediante establecimiento permanente o en libre prestación de servicios, fomentando así un mercado laboral y empresarial integrado y competitivo”.
Vieites ha resaltado esta visita como importantísima, no solo a nivel económico, sino social, y en tanto en cuanto que «los empresarios gallegos se encuentran en casa en Portugal y los empresarios portugueses se encuentran en casa en Galicia. Somos la eurorregión que más y mejor está funcionando de la Unión Europea. Por lo tanto, tenemos mucho que seguir trabajando, intentar continuar ese dinamismo y seguir apostando por los proyectos de intereses comunes».
En esta primera visita a Galicia, Duarte ha aprovechado para insistir en la gran relación existente entre Portugal y la necesidad de esa cooperación para todos los asuntos comunes y de ese «trabajo conjunto», desde para «combatir los incendios y estudiar las medidas a tomar en el futuro para evitar este tipo de situación», hasta la conexión ferroviaria, en este sentido habló de la «prioridad temporal y lógica de acabar la conexión Lisboa-Oporto-Vigo, ya que la mayor parte de la población portuguesa está en el litoral y ligada al norte; la mayor dinámica de relación entre Portugal y España reside en Vigo. Dentro de España nadie se compara con Galicia. La dinámica de exportaciones e importaciones es mayor, sin duda y como es lógico, con Galicia».
El presidente del empresariado ha querido trasladar al embajador portugués los desafíos estratégicos compartidos entre España y Portugal “que requieren una acción coordinada y decidida”. Por ello, le ha hablado de infraestructuras ferroviarias: “La línea ferroviaria Vigo–Porto es la gran prioridad. Actualmente, la puntualidad del servicio directo del tren celta cae por debajo del 50 % y desde agosto de 2025 ya no opera de manera directa, requiriendo trasbordo en Viana do Castelo. Mientras tanto, más de 15.000 trabajadores cruzan diariamente la frontera para trabajar y, según la DGT, en las dos primeras semanas de julio de 2025 se registraron 329.075 desplazamientos por carretera entre Galicia y Portugal, reflejando la alta dependencia del transporte rodado y la saturación de la infraestructura existente. Para la CEG, es indispensable una hoja de ruta binacional que priorice la modernización de la línea Vigo–Porto y garantice su puesta en servicio en el entorno de 2030”.
La movilidad laboral constituye otro reto central. “Aunque ya es una realidad consolidada, la plena integración requiere avanzar en el Estatuto del Trabajador Transfronterizo, garantizando igualdad de condiciones y un marco estable que facilite la circulación de personas y fortalezca la cooperación económica entre Galicia y norte de Portugal”.
Por otro lado, el presidente de la CEG advierte “la necesidad de consolidar un hub logístico e industrial de alto valor añadido, integrando sectores como automoción, movilidad, logística, agro-mar-industria y energía. Para ello, el Corredor Atlántico y las zonas logísticas existentes —PLISAN, Zona Franca de Vigo, Leixões y Aveiro— deben potenciarse para atraer inversiones, modernizar puertos y plataformas ferroviarias, y transformar nuestra eurorregión en un polo competitivo a nivel europeo”.





Asimismo, señala que Galicia y Portugal tienen la oportunidad de liderar en transición energética y recursos estratégicos.
- En Galicia, la eólica terrestre supera los 3,9 GW y se impulsan proyectos de repotenciación, almacenamiento y eólica marina, mientras Portugal avanza en subastas offshore.
- Galicia también se perfila como nodo clave de hidrógeno verde, y su integración en el corredor H2Med (corredor de hidrógeno verde que comunicará Portugal, España, Francia y Alemania) es esencial para maximizar oportunidades europeas.
- En minería estratégica, Galicia y norte de Portugal cuentan con minerales clave para la transición energética, como wolframio y litio, cuyo desarrollo debe garantizar sostenibilidad, trazabilidad y protección ambiental.
- La gestión del agua en Miño, Limia y Douro requiere inversiones conjuntas y protocolos de sequía coordinados.
Otro desafío crucial es la gestión forestal y la protección frente a incendios. “Los incendios de 2025 evidencian la necesidad de una estrategia coordinada que combine prevención, respuesta rápida y resiliencia de los ecosistemas. Esta cooperación es especialmente relevante por el valor industrial de la madera, que abastece a proyectos y sectores estratégicos en ambos territorios. Para la CEG, es fundamental consolidar una estrategia transfronteriza integral, que combine la prevención, la gestión sostenible de los bosques, la protección de la biodiversidad y el uso responsable de la madera y otros recursos forestales, garantizando al mismo tiempo el desarrollo económico y la seguridad de las comunidades locales”.
Finalmente, el turismo representa un motor de desarrollo transfronterizo. “El Camino Portugués ha registrado un notable aumento de peregrinos —más de 95.000 en 2024, incluyendo 75.000 en la ruta por la costa—. Este auge representa una oportunidad para que Galicia y Portugal impulsen una estrategia turística común y convertirlo en un motor de desarrollo transfronterizo, que combine turismo religioso, cultural y económico de manera sostenible”.
Todos estos retos, dicen, deben abordarse con una visión coordinada y estratégica, aprovechando el próximo periodo de fondos europeos 2028–2034. En particular, el POCTEP 2021–2027 y sus futuras convocatorias serán instrumentos clave para financiar proyectos binacionales y consolidar la integración territorial y económica.
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