La igualdad de género en las empresas no significa que la organización contrate el mismo número de mujeres y hombres.
Está relacionado con las condiciones de trabajo de unas y otros.
Se refiere a que tengan los mismos derechos, oportunidades y responsabilidades dentro de las organizaciones. Que mujeres y hombres puedan acceder al empleo, mantenerlo y mejorar su carrera profesional y sus posibilidades de promoción en las mismas condiciones.
Y, por supuesto, también se refiere a la igualdad salarial, que cobren lo mismo por un trabajo de igual valor.
Atendiendo a lo que indica la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se puede considerar que existe igualdad de género en una empresa si en la misma se dan las siguientes condiciones:
a. Fomento, desde la dirección de la organización, de la corresponsabilidad y mismas condiciones de flexibilidad laboral para la conciliación de la vida laboral y familiar para mujeres y hombres.
b. Igual remuneración por trabajo de igual valor.
c. Igualdad de condiciones de trabajo.
d. Igualdad de trato en el empleo.
e. Mismas oportunidades para el acceso, la formación y el desarrollo profesional.
f. Mismas oportunidades para la participación en la negociación colectiva.
g. Mismo nivel de participación en la toma de decisiones en todos los niveles de la empresa.
Además, conviene no olvidar lo siguiente:
La inclusión de más mujeres en aquellos departamentos o áreas en las que estén infrarrepresentadas, así como en los puestos de dirección, responsabilidad y toma de decisiones de la organización, que permitirá integrar el punto de vista femenino y a tener presente la perspectiva de género.
El importante papel que juegan, en la consecución de la igualdad, la sensibilización, concienciación y formación en materia de igualdad de género en las empresas.
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