El presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), Juan Manuel Vieites, ha participado en las jornadas sobre “El reto de las vacantes en España”, organizada por la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME), en Madrid.
Durante su intervención, Vieites ha recordado que, de acuerdo con la última memoria del Consejo Económico y Social de Galicia (2022), Galicia sufre una pérdida continuada de su población. Desde el inicio de la crisis económica de 2008, nuestra región (que cuenta con una población de 2,7 millones de habitantes) perdió 93.705 habitantes, una reducción del 3,4%, lo que contrasta con el incremento de 1,3 millones de habitantes (2,9%) en el conjunto del Estado. A esto hay que añadir la circunstancia de la ruralidad, el 26,3% de la población reside en zonas poco pobladas con una densidad de población inferior a 100 habitantes por kilómetro cuadrado.
“Con este escenario es razonable pensar que el reto de las vacantes en nuestra comunidad autónoma se incrementa con respecto a otros territorios de España que no sufren tales circunstancias. En Galicia destacan las alarmas manifestadas especialmente por varios sectores (construcción, transporte, sectores como el metal, automoción y naval incluidos, pesca extractiva, comercio, hostelería y ámbitos como las tecnologías de la información y las telecomunicaciones –TIC-), que requerirán varios miles más de nuevos empleados en los próximos años. De acuerdo con los datos del Instituto Gallego de Estadística (IGE) en Galicia ya se rebasan las 15.000 vacantes, dato que contrasta con el dato de la tasa de paro del 11% (y una tasa de paro de menores de 25 años cercana al 30%, en concreto 28,7%)”, ha incidido.
El presidente de la CEG ha subrayado que hay que tener en cuenta, en este análisis, que “por un lado los trabajos que exigen una formación científica, tecnológica, de ingeniería, matemática, vinculados en muchos casos al cambio digital y a la transición ecológica, y para los cuales el sistema educativo y la formación existente no es capaz actualmente de generar una población con los conocimientos necesarios para dar cobertura a esas necesidades de trabajo, debido principalmente al crecimiento exponencial de esas necesidades en nuestra economía, en los últimos años. Y por otro lado nos encontramos con trabajos que exigen una menor cualificación y ocupaciones y oficios tradicionales, principalmente en el sector primario, servicios y construcción, en los que no hay relevo generacional. Se trata, por tanto, de un problema sociológico y económico, que requiere de soluciones muy diferentes para afrontarlos”.
En este sentido, ha advertido que “es necesario que reconozcamos que en nos encontramos en un cambio de paradigma del modelo productivo, aunque seguimos con una gran dependencia del sector turístico y servicios, debemos aprovechar la oportunidad del cambio que suponen la digitalización y la transición ecológica para provocar nuevas oportunidades que generen un valor añadido a nuestra economía, nuevos recursos, muchos más puestos de trabajo y de calidad”.
Para ello, según la CEG, es necesario contar con una política que apoye a las empresas y a las personas autónomas, que son las que generan el empleo y la riqueza. Paralelamente a esta necesidad de contar con políticas de apoyo a la empresa, nos encontramos con políticas desincentivadoras socialmente, que conducen a desarrollar una cultura donde el espíritu de sacrificio y la ilusión por el trabajo se están perdiendo.
“Es necesario cambiar esas políticas desincentivadoras, informar a nuestros jóvenes utilizando los recursos existentes, internet, medios de comunicación, etc. de dónde están los sectores empresariales estratégicos, los nichos de empleo, hay que dirigir los esfuerzos hacia la formación de las personas, principalmente formaciones que aporten un valor añadido y estén en correspondencia con las necesidades de las empresas”.
No obstante, ha recordado que se trata de un reto global que afecta a toda Europa. De la última de las Encuestas Europea de Empresas (ECS 2019) se desprende que el 77% de las empresas han tenido dificultades para encontrar empleados con las capacidades necesarias, siendo este el problema más importante al que se enfrentan la cuarta parte de las pymes europeas.
Por ello, avalar el perfeccionamiento y reciclaje de los trabajadores es el objetivo fundamental que se persigue con la declaración de este año como el Año Europeo de las Capacidades, que se extenderá hasta mayo de 2024. Entre las medidas para la consecución de este reto, desde la Confederación de Empresarios de Galicia destacan:
1. Promover una inversión mayor, más eficaz e inclusiva en la formación y la mejora profesionales a fin de aprovechar todo el potencial de la mano de obra y para ayudar a las personas a gestionar la transición entre dos puestos de trabajo, disfrutar del envejecimiento activo, y beneficiarse de las nuevas oportunidades que brinda la transformación económica que está teniendo lugar.
2. Reforzar la adecuación de las capacidades mediante una estrecha cooperación con los interlocutores sociales, los servicios de empleo, las empresas y los proveedores de educación y formación.
3. Encajar las aspiraciones y capacidades de las personas en las oportunidades del mercado laboral dedicando especial atención a activar a más personas para el mercado laboral, en particular mujeres y jóvenes, especialmente los que ni estudian, ni trabajan, ni reciben formación (ninis).
4. Captar el talento de personas de terceros países con las capacidades que necesitamos, en particular reforzando las oportunidades de aprendizaje y la movilidad, y facilitando el reconocimiento de las cualificaciones.
Juan Manuel Vieites ha detallado, en Madrid, las soluciones que se han adoptado en nuestro territorio. “En empresas que tienen dificultad para cubrir puestos técnicos, en Galicia se está recurriendo por un lado a la Formación Profesional Dual, ya que es una modalidad que permite adaptar la formación a las necesidades reales de las empresas, sucede por ejemplo en un sector tan tradicional como es el de los talleres mecánicos, y donde en los últimos tiempos está resultando difícil la cobertura de puestos mecánicos. Hay que destacar la nueva formación profesional se integra en la empresa y que toda ella será en alternancia y esto supone un reto especial para nuestra comunidad autónoma debido al importante número de pymes y micropymes en nuestro tejido productivo”.
“En nuestro país hay un grave problema de desajuste entre oferta y demanda. Con un desempleo en menores de 30 duplicando la tasa europea, con un desempleo general del 13%, las empresas están tenido problemas para encontrar trabajadores con cualificación, esto implica que los sistemas de cualificación no están funcionando”.
Por ello, el presidente de la CEG ha hecho alusión a que se han modificado o están pendientes de modificación las principales normas que rigen nuestro sistema educativo/formativo, la Ley de Educación, la formación profesional acreditable, la regulación de la formación profesional para el empleo y también la Ley de Universidades. “Hay que ser críticos con algunas de las mismas, especialmente las que no tuvieron en cuenta el diálogo social y en la medida en la que no han acercado la educación/formación a las necesidades empresariales, pero hay aspectos que debemos trabajar en las organizaciones empresariales como medio para resolver el reto del que estamos hablando hoy aquí, como en la regulación de la formación profesional, más flexible e integrada en la empresas en el sentido de ser toda la formación en alternancia, y ello obliga a establecer mecanismos que permitan a las empresas, especialmente las pequeñas y micropymes, no quedarse fuera”, ha subrayado.