El principio de igualdad entre mujeres y hombres debe tener en cuenta las siguientes cuestiones:
- Si el género solo fuera una cuestión de diferencias, la desigualdad sería un problema de pertenencia a un u otro sexo (y no de dominio y ventajas de unos sobre otras).
- Desde la teoría de la semejanza/diferencia y la oportuna neutralidad de los géneros/protección especial que conlleva, las medidas que se implanten a favor de la mujer corren el riesgo de considerarse discriminatorias para los hombres).
Entonces...
¿De qué premisa debemos partir para abordar el tema de la igualdad entre mujeres y hombres de forma que el principio de igualdad formal se convierta en efectivo y real?
Pues, por ejemplo, de la mencionada teoría de la semejanza/diferencia.
En la misma, no se tuvo en cuenta que existe un punto donde realmente se da la igualdad: aquel en el que las diferencias de las mujeres con los hombres son iguales a las de los hombres con las mujeres.
Es decir, tan diferentes son las unas como los otros, sin que haya un único patrón de referencia.
Pero los géneros (a nivel social) no son construidos con el objetivo de que sean iguales (o disfruten de igualdad).
Existe, de transfundo, una jerarquía en el poder que se otorga la cada género y que produce diferencias reales, que, en la práctica, son desigualdades en diferentes ámbitos (educación, salud, trabajo...).
Y el laboral es uno de los más importantes, porque repercute en la independencia de la persona, su poder adquisitivo, el desarrollo de su carrera profesional, el acceso al capital, la cuantía de las pensiones...
De ahí que es tan necesario implantar en las organizaciones Planes de Igualdad o medidas alternativas para lograr la igualdad real.
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