Vamos a hablar de “fuga de talento”, esa expresión que sale con demasiada frecuencia en los medios de comunicación y que se produce cuando personas cualificadas, para mejorar su calidad de vida:
• Abandonan la empresa en la que trabajan, para emprender una nueva vida laboral en otra organización.
• Migran a otros países en busca de (mejores) oportunidades laborales.
Hablamos de un grave problema al que se enfrenta el tejido empresarial gallego, español (y la sociedad en general).
Los continuos cambios y desafíos a los que nos estamos enfrentando en los últimos años (crisis económica, crisis sanitaria, conflicto bélico…), nos han hecho valorar, más que nunca, lo que se denomina “empleo de calidad”, sin olvidar la necesaria flexibilidad y adaptación a las circunstancias de producción y prestación de servicios de la empresa.
¿A qué hace referencia esta expresión? Pues a factores que influyen de forma muy positiva en el bienestar emocional de la persona trabajadora, y repercutiendo, directamente, en su nivel de rendimiento, de motivación, de satisfacción... factores que van más allá de la retribución.
Y, si es necesario (aunque duela), MÁS ALLÁ DE LA MORRIÑA.
Debemos evitar que se vayan, porque las estadísticas nos dicen que es muy difícil “recuperar” el talento “fugado”.
¡Lee el artículo completo!