Comunicado de prensa
Vaya por delante que la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) respeta las últimas medidas adoptadas ayer y va a cumplirlas, como no podía ser de otra manera. Tenemos claro que lo prioritario es la salud de las personas.
Pero es evidente que desde el punto de vista económico, estas nuevas decisiones amenazan con crear una crisis económica y social sin precedentes, comprometiendo seriamente la salvaguarda del máximo número de empresas y trabajadores, sobre todo a partir de mañana.
Las decisiones del Gobierno en momentos de crisis deben ser muy meditadas y equilibradas para evitar el agravio de la situación ya de por si dramática que están atravesando las empresas, en Galicia fundamentalmente pymes y autónomos, y que no provoquen una destrucción masiva de tejido empresarial y del empleo de manera definitiva.
Las políticas adoptadas por el Ejecutivo en las últimas jornadas no han hecho más que contribuir al desconcierto y a la incertidumbre del empresariado y de los trabajadores.
ERTES
En primer lugar, porque aunque en teoría el Gobierno ha facilitado un procedimiento extraordinario para las empresas en dificultades a través de los ERTE, tampoco ha resultado ser un cheque en blanco de la flexibilidad como la que se precisa en estos momentos.
Si las empresas siempre necesitan un margen de tiempo para poder adaptarse a nuevas circunstancias, más en estos momentos tan trágicos. A pesar de ello, el Gobierno impuso determinadas condiciones y advertencias para el acceso a este recurso.
Por un lado, la obligación de mantener el empleo una vez haya terminado el Expediente de Regulación de Empleo Temporal al menos durante seis meses genera una importante incertidumbre a los empresarios ya que no saben si van a poder cumplir.
Además, la advertencia recogida en el Real Decreto del pasado viernes, día 27 de marzo, sobre los controles a posteriori de todos los ERTES y la devolución de las ayudas concedidas si el Ministerio de Trabajo considera que no se cumplen los requisitos exigidos, alerta sobremanera a unos empresarios que lo que menos desearían en estos momentos es tener que mandar a sus trabajadores a sus casas por baja o nula producción y mucho menos echar el cierre.
DESPIDOS
También el viernes fue el día en el que el Gobierno nos alertó con la imposibilidad de despedir mientras durase la crisis, ya que cualquier reducción de plantilla tendría la consideración de despido nulo, aclarando horas después que los despidos sí serían posibles pero con un coste mucho mayor; es decir de una indemnización de 20 días por año trabajado con un máximo de 12 mensualidades (despido procedente), solo quedaría la opción de acogerse al despido improcedente pagando al trabajador 33 días por año trabajado con un máximo de 24 mensualidades.
En este sentido pedimos al Gobierno más concreción, porque ni siquiera matizando nos queda claro que pagando por un despido improcedente después no lo considere nulo, con las consabidas consecuencias como son la readmisión del trabajador y el pago de los salarios no cobrados desde la fecha del despido hasta la de la notificación de la sentencia.
La CEG considera que siempre hubiera sido mejor la adopción de otras medidas como reducir o suspender el pago de impuestos en lugar de abrir una línea de avales para cubrir los préstamos que buscan hacer frente a los mismos; la flexibilidad y agilidad en el acceso a los ERTES sin posibilidad de sanción a posteriori; y la ampliación de la cobertura por desempleo durante todo el tiempo que dure el parón económico, entre otras
Finalmente y con respecto a la medida tomada ayer, la patronal gallega manifiesta la total inoportunidad de la fecha elegida ya que es final de mes y hay que hacer frente a los pagos; y reclama la necesidad de conocer con urgencia la lista taxativa de las actividades que se consideran esenciales para poder adoptar las medidas oportunas.
