La Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) defiende la implantación de la eólica en Galicia por su enorme potencial y como motor de la transición energética, pero siempre y cuando su desarrollo se lleve a cabo de forma planificada, atendiendo a las normativas autonómicas, estatales y europeas sobre conservación de la naturaleza y protección de la biodiversidad, y causando el mínimo impacto en los ecosistemas marinos y en la actividad pesquera.
Y es que Galicia ocupa la primera posición de la España eólica por contribución al PIB –con 316 millones de euros, empleo –con más de 3.500 ocupados directos, que sumados a los indirectos, llega a la cifra de 7.500, y capacidad industrial –posee 29 centros industriales de relevancia; datos arrojados por el Estudio Macroeconómico 2020 de esta energía renovable presentado por la Asociación Empresarial Eólica a finales del año pasado.
Según la organización empresarial gallega, la energía eólica se erige en la comunidad autónoma como pieza clave para la recuperación económica, como fuente de generación de empleo de calidad y de desarrollo tecnológico y ofrece continuidad a la implantación de industria asociada al sector energético. Y es que como parte del plan de descarbonización en España, el Gobierno tiene previsto aumentar la potencia instalada del sector eléctrico en 157.000 MW hasta 2030 –de los cuales 50.000 MW se corresponderán con energía eólica- y según recoge el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, por lo que es importante que el desarrollo eólico cumpla con estos objetivos, pero que también sirva para dinamizar la industria.
Ya concretamente en la eólica marina, la CEG recuerda que Galicia es una potencia en cuanto a recursos y desde el punto de vista industrial, y que la comunidad debería aprovechar este potencial para desarrollar proyectos de tecnología offshore teniendo en cuenta que el Gobierno prevé alcanzar los 3.000 MW en este tipo de alternativa renovable para 2030.
