El presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), Juan Manuel Vieites, inauguró esta mañana el seminario online “Reforma fiscal y competitividad empresarial” destacando que “el rediseño del sistema fiscal debería suponer una oportunidad para rebajar la presión fiscal que se ejerce sobre las empresas gallegas que, en estos momentos, lo que necesitan son recursos y capital para dinamizar su actividad”.
Durante su intervención en este webinar que pretendía aclarar las dudas a las empresas sobre la reforma fiscal anunciada por el Gobierno Vieites expuso que “no es el momento de subir impuestos, ya que esta decisión supondría incrementar los costes que soportan las empresas y lastraría la tan ansiada recuperación económica”. Igualmente recordó que desde la Confederación de Empresarios de Galicia se defiende la necesidad de alcanzar un sistema fiscal mucho más simplificado y armonizado a nivel nacional y de la Unión Europea, que salvaguarde la libre competencia y la unidad de mercado y que no amenace el relevo generacional de muchas empresas.
Finalmente el presidente de la CEG expresó un desiderátum que es el de que “esta reforma se acompañe también de mecanismos efectivos que permitan luchar contra el fraude, la elusión y la evasión fiscales puesto que según datos manejados por los técnicos del Ministerio de Hacienda, la economía sumergida en España es de un 65% superior a la media europea y le cuesta a nuestro país el equivalente al 25% del PIB anual”.
A continuación, y durante su intervención, el catedrático de Economía Aplicada de la UVigo, Santiago Lago-Peñas, también justificó como una de las causas de que nuestro país recaude menos que otros de su entorno a pesar que nuestros tipos impositivos sean más altos el elevado fraude y evasión fiscal, además de detentar demasiados beneficios tributarios comparativamente.
Según Lago-Peñas “no podemos tener figuras tributarias obsoletas y que no funcionan bien, así es que dentro de la reforma fiscal anunciada deberíamos eliminar el impuesto de patrimonio neto, un tributo que no está siendo utilizado prácticamente en ningún país, un impuesto en desuso que acaba generando un problema de doble imposición muy poco razonable”. “El impuesto de sucesiones es un impuesto que tiene su lógica, con un uso muy extendido en los países de la OCDE, pero hay que insistir en la idea de que las empresas familiares deberían estar al margen de este impuesto” añadió.
Como miembro integrante de la Comisión de expertos del Ministerio de Hacienda que abordarán la reforma fiscal, Santiago Lago apuntó algunas consideraciones tales como que “la armonización de tipos entre diésel y gasolina va a ser un hecho; en la tributación ambiental se van a dar pasos a través de la creación de nuevos tributos; en el impuesto de sociedades no creo que haya cambios muy sustanciales a corto plazo; en lo que respecta a los peajes por el uso de autovías, hay unos agravios comparativos y unas discriminaciones sobre los que hay que reflexionar; en el impuesto de matriculación de vehículos creo que se va a avanzar, así como en el impuesto de billetes de avión; en la armonización fiscal en la tributación patrimonial también es algo en lo que están muy convencidos en cambiar para eliminar ese diferencial sobre todo de Madrid con respecto a los demás; y respecto al IVA hay un amplio consenso en eliminar tratamientos diferenciales y clasificación en bienes de grupo reducidos y superreducidos.
“En resumen, creo que va a haber algunos cambios menores hacia el año 2022 pero las grandes modificaciones serán después del verano del año mencionado y de cara a los presupuestos del año 2023”, expuso finalmente.
A continuación, el director del departamento de Economía de CEOE, Gregorio Izquierdo Llanes, recalco en su intervención la importancia de que “en estos momentos, en los que una parte del tejido productivo ha sido golpeado y afronta un proceso de reconversión, es necesario llevar a cabo medidas que faciliten este proceso de transformación y abordar las reformas estructurales pendientes”. Insistió en la necesidad de mantener y reforzar la autonomía tributaria de los distintos territorios, ya que redunda en una gestión de los recursos más responsable y adecuada y en un mayor bienestar.
Finalmente expuso que “cualquier reforma que se plantee en el ámbito tributario debe tener en consideración que el resultado efectivo no debería ser un incremento impositivo, porque tiene efectos más negativos sobre el crecimiento y se extienden durante más tiempo que los que tienen lugar por la vía de la reducción del gasto”.
Por su parte y en último lugar, Nicolás Santos Padín, socio de Garrigues, apeló en su ponencia a que “la fiscalidad de patrimonio, más allá de todas las consideraciones, de tratarse de impuestos obsoletos, etc, por cómo funcionan los flujos económicos y como los ciudadanos tenemos estructurado en nuestra cabeza el sistema de pago de impuestos nos produce distorsión. A esto hay que sumar las diferencias en el pago de tributos entre comunidades autónomas que avivan la polémica y la falta de entendimiento”.