La Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) ha participado en el XX Encontro Galego de Relacións Laborais, organizado por el Consello Galego de Relacións Laborais, en el que se han abordado temas cruciales para el futuro de las empresas y del mercado laboral.
Durante su intervención en la clausura del evento, el presidente de la CEG, Juan Manuel Vieites, ha dicho que “como Confederación de Empresarios de Galicia reconocemos la importancia de la negociación colectiva como herramienta clave para mantener el equilibrio entre los intereses de las personas empleadoras y trabajadoras”.
Dos temas han centrado las mesas de debate del encuentro: el tiempo de trabajo y la jornada laboral y las novedades en la estructura y contenidos de la negociación colectiva.
“Con la reducción propuesta por el Gobierno, no consensuada en el diálogo social y en virtud de un acuerdo político de investidura, lo que se viene a afectar es al ámbito natural del diálogo entre organizaciones sindicales y empresariales, entre representantes de la empresa y personas trabajadoras, que no es otro que la institución de la negociación colectiva y los equilibrios ponderados en la misma, en los que juega un papel esencial la jornada de trabajo”, ha explicado.
Así mismo, ha añadido que “desde la CEG ya advertimos que en muchos sectores donde la atención al cliente y la disponibilidad son cruciales, la jornada de trabajo es clave para mantener la capacidad para atender a los clientes y, en consecuencia, evitar una disminución en los ingresos. De lo contrario, los costes adicionales asociados a la contratación de personal o pago de horas extras podrían ser prohibitivos para muchas pymes”.
En ese sentido, el empresariado incide en que “en Galicia, donde la densidad de pymes es alta, esto podría traducirse en una presión financiera significativa y en que las empresas vean afectada su capacidad para competir incidiendo en un incremento de costes y empeorando la situación de las personas autónomas con personas trabajadoras, que en muchos casos se verán obligadas a tener que cubrir las horas que se dejan de hacer. Por otra parte, en el ámbito industrial, además del incremento de costes, se complica la realización de turnos y el sistema organizativo de la empresa. Por ello, el debate debiera centrarse en cómo mejorar la productividad”, ha vuelto a insistir Vieites.
Por otra parte, se han abordado también los cambios en el art. 84 y nuevos contenidos de la negociación colectiva.
En Galicia, la unidad de negociación colectiva más usada es el convenio sectorial provincial, por lo que el impacto de la reforma con respecto al ámbito autonómico es limitado. De las 1.048 unidades de negociación teóricamente vivas solo 71 tienen ámbito autonómico, si descontamos los convenios de empresa o de grupo solo 21 son unidades sectoriales autonómicas.
Si bien la reforma otorga mayor relevancia a los convenios suscritos a nivel autonómico, hay que tener en consideración que la regla del art. 84.1 (“prior in tempore”) continúa vigente y que la prioridad es siempre que estos resulten más favorables para las personas trabajadoras respecto a los convenios estatales, cuestión de no fácil interpretación y que a buen seguro habrán de dilucidar los tribunales.
“Cada sector habrá de hacer su propio análisis de conveniencia. Considero que este cambio obligará también a la negociación estatal a dejar un mejor ámbito de adaptación en el territorio autonómico”, ha sentenciado.
Así mismo, ha subrayado que “no cabe duda de la necesidad de incidir en nuestra comunidad autónoma en la actualización de los contenidos de nuestra negociación colectiva ante los retos y cambios. Hay que incrementar el número de convenios con vigencia expresa, lo que implica también el desarrollar sus contenidos para afrontar los importantes cambios y retos que suponen las transiciones tecnológica, climática y el envejecimiento poblacional. Y también para disponer de una necesaria flexibilidad interna como herramienta para facilitar la adaptación competitiva de las empresas y para mantener el empleo, su estabilidad y calidad y la actividad productiva, con un adecuado equilibrio entre flexibilidad para las empresas y seguridad para las personas trabajadoras”.