El Banco Sabadell Gallego con la colaboración de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) y el Grupo Arola, organizan una jornada de trabajo para acompañar a las empresas gallegas en el proceso de internacionalización, en un entorno comercial global volátil en el que las decisiones políticas, los acuerdos multilaterales y las tensiones económicas, moldean un panorama dinámico que afecta directamente a las empresas.
Explican que a actual situación del comercio internacional hace preciso reflexionar sobre la necesidad de ser especialmente rigurosos en el análisis de los impactos para las empresas y anticiparnos en la búsqueda de las mejores soluciones.
La “Jornada de Negocio Internacional: Situación arancelaria en el contexto geopolítico actual” se suscribe dentro de las actividades pactadas entre la CEG y el Banco Sabadell Gallego, tras la renovación del convenio entre ambas entidades, mediante el cual además de fomentar la búsqueda de soluciones de financiación específicas para inversiones en materia de sostenibilidad, se promueve la organización de encuentros empresariales y tribunas con relevantes autoridades económicas, para acompañar a los empresarios, proporcionándoles asesoramiento especializado e información sobre los productos y servicios que necesitan para gestionar este camino con éxito.
Según la directora de negocio de Internacional de Sabadell Gallego, Susana Sánchez, “la actual volatilidad geopolítica nos hace ser cada día más conscientes de la necesidad que tienen las empresas gallegas de abrirse a nuevos mercados. Y es que ahora más que nunca, las empresas deben ampliar el número clientes y áreas geográficas de destino. De esta forma podrán minimizar el impacto en sus cuentas de resultados que puedan provocar futuros acontecimientos internacionales como las más recientes sanciones a Rusia o la política arancelaria del Gobierno Trump. Es importante cubrir con agilidad esos gaps en determinados mercados y esto es posible si de forma continua se hace prospección y se dispone de un compañero de viaje bancario adecuado”.
Por su parte, el presidente de la CEG, Juan Manuel Vieites, ha explicado que “las pymes gallegas han demostrado una resiliencia extraordinaria en crisis pasadas. Pero es cierto que su margen de maniobra es menor que el de grandes multinacionales. Por eso es esencial que haya acompañamiento público en forma de liquidez, fiscalidad adaptada y apoyo en la diversificación de mercados”.
Detalla que los impactos estimados en las empresas tienen que ver mayoritariamente con “el aumento de los costes de producción. Gravando tanto bienes intermedios como materias primas, las empresas se ven obligadas a asumir mayores gastos que, en muchos casos, tendrán que trasladarse al consumidor final para reducir el impacto económico; además del inmediato impacto directo en los costes tensiona las cadenas de suministros globales mundiales. Estas cadenas de suministro están impulsadas principalmente por pequeñas y medianas empresas, con menos capacidad de adaptación a los cambios y a la posible asunción de sobrecostes y tensiones económicas”.
Advierte que “la falta de transparencia, previsibilidad y certeza jurídica que se genera con estas políticas comerciales es otro elemento clave y como elemento de riesgo añadido, se debe considerar un escenario en el que se produzca un desvío masivo de bienes hacia el mercado europeo de parte de los flujos comerciales bloqueados por las medidas norteamericanas”.
Vieites avanza que “muchos de los bienes sujetos a nuevos aranceles buscarán mercados alternativos, siendo Europa posiblemente el principal receptor de estas desviaciones. Esta presión comercial es especialmente sensible en algunos sectores, entre los que se encuentra el sector textil y del calzado. Estos operadores se ven obligados a competir en clara desigualdad de condiciones frente a producciones de bienes de otros países que actúan con prácticas comerciales poco transparentes, con subsidios encubiertos o sobrecapacidad productiva que dañan seriamente la competitividad europea y ponen en peligro la seguridad y salud de sus consumidores”.
Ante este escenario, desde la Confederación de Empresarios de Galicia consideran que para el mantenimiento de la competitividad de las empresas es necesario que “en el marco de la Unión Europea se aúnen esfuerzos para tratar de minimizar el impacto en el mercado único; evitar caer en dinámicas que potencien la proliferación de medidas proteccionistas; y diversificar nuestros mercados, pero también seguir promocionando e impulsando nuestros productos en Estados Unidos”.
También ha explicado que EE.UU. tiene en este momento “un peso menos relevante en la economía mundial, pero su manera de operar, con políticas más agresivas, se ha vuelto menos multilateral que en épocas de mayor poder. La sociedad estadounidense percibe a China como una amenaza y considera la globalización como algo negativo. Por lo tanto, la política económica de Trump pretende imponer aranceles con los que se persiguen una serie de objetivos (en ocasiones contradictorios entre sí): incrementar la recaudación, crear empleos manufactureros y reindustrializar EE.UU., reducir el déficit comercial, depreciar el dólar…Trump está construyendo su relato sobre la base de que EE.UU. debe ejercer su poder porque hasta ahora los demás “se han estado aprovechando de ellos”. Y Europa está siendo paciente y dejando actuar a los mercados”.
Según BusinessEurope, en 2023 las exportaciones de bienes y servicios entre ambas regiones alcanzaron cifras récord: EE.UU. exportó a la UE bienes por valor de 347.000 millones de dólares y servicios por 427.000 millones. Por su parte, las exportaciones de la UE a EE.UU. alcanzaron los 503.000 millones de euros en bienes y 319.000 millones en servicios.
Por otro lado, la inversión directa estadounidense en Europa alcanzó los 2,7 billones de dólares en 2022, mientras que la inversión europea en EE.UU. generó una actividad económica de 2,4 billones de dólares, sosteniendo directamente millones de empleos.
En el ámbito estatal, las exportaciones hacia EE.UU. supusieron en el año 2024, 18.100 millones de euros, esto es, el 1,1% del PIB nacional, sin embargo, la dependencia del mercado americano es mayor, ya que también se ha de tener en cuenta la triangulación que se deriva del suministro de bienes que proporcionan las empresas españolas a exportadores de otros países, sobre todo europeos.
Un arancel genérico del 10% y del 25% en el caso concreto de la automoción, el acero y el aluminio, manteniendo la hipótesis del traslado completo al precio final, según las estimaciones de CEOE, tendría un impacto para España de 1.910,18 millones de euros.
Este mismo supuesto, pero con un arancel genérico del 20%, impactaría en la economía española en forma de 3.552,81 millones de euros.
Las exportaciones gallegas hacia Estados Unidos han experimentado una tendencia creciente, en 2024 se alcanzaron los 804,47 millones de euros, un aumento del 37% respecto a 2019, abarcando sectores agroalimentario, tecnológico o industrial.
El incremento sostenido de las exportaciones de alimentación, bebidas y tabaco ha alcanzado en 2024 los 113,91 millones de euros, un 84% más que en 2019.
“La dependencia de ciertas materias primas provocará que la entrada de los aranceles se traslade a los mercados a través de subidas de precios y perjudique la competitividad de nuestras empresas. Por lo tanto, es necesario monitorizar la situación y no perder de vista posibles impactos tanto en las exportaciones, como en las importaciones”, remata Vieites.
Durante la jornada han participado también Juan Luis Candamo, director de la Oficina de Grandes Empresas Galicia Centro del Banco Sabadell Gallego y Alejandro Arola, presidente del Grupo Arola, quien ha apreciado la reacción de la UE: "reaccionó de una manera adecuada, abriendo un canal de comunicación y negociación. Si vemos lo que está pasando, a EEUU ya ha firmado un acuerdo con Reino Unido, todo da a entender a que hay cierta tendencia a llegar acuerdos, especialmente en cuanto a la situación de unos aranceles altos, en algunos casos imposibles como en el caso de China. Estados Unidos tenía un déficit comercial y creo que ese arancel del 10% se va a quedar mucho tiempo, pero estamos en el buen camino de establecer soluciones". También ha resaltado que "el mercado americano es un mercado muy competitivo y muy difícil de acceder, el esfuerzo de las empresas es enorme, vale la pena esperar a ver cómo evolucionan las cosas". En cuanto a las alternativas ha hablado de Mercosur como complementario, pero ha insistido en que el mercado es insustituible, tanto por la magnitud, como por su alto poder adquisitivo.